domingo, 18 de febrero de 2018

La eterna niña Diome

Por segunda vez, sentía que la muerte tocaba la puerta en mi familia. Pensé en aquél entonces. 
Justo allí, los siempre no-resueltos: ¿porqué? y ¿hacia dónde van? retumbaban en mi cabeza.
En silencio y lejos de casa, lloré.
Con solo hacer un repaso de los acontecimientos recientes, hoy mi piel se eriza y me dice: "tema sensible".
¿Y por qué nos duele ver partir a un familiar cercano? 
Porque su presencia física y todo lo que ello implica, es de la que nos cuesta desprendernos. Olores, rutinas, frases, situaciones; vendrán a la mente cada vez que nuestra mente atropelle intencionalmente esos recuerdos. Porque ellos se van y probablemente no sentirán que nos extrañan, pero quienes seguimos la aventura, sí que los extrañaremos.
Hoy, cuando me adelanto un día a su onomástico 90 quiero recordar algunas experiencias y conversaciones muy cortas (pues era de la palabra justa y medida), con ella, la niña Diome.

Ella era poseedora de una sonrisa angelical y tímida, esquiva por momentos, pero hermosa, al fin y al cabo. 
Para sus amigas, "niña Diome", para sus nietos "abue", para sus hijos: "Ajá, Diome" y para el Registrador Civil del municipio de Santo Tomás de Villanueva, era simplemente: Ana Diomena Molinares De Senior.
Y es que es tan típico de la Costa Caribe Colombiana, llamar niña, tanto a la que es niña, como a quién ya ha crecido... bastante.

-Oh niña, házme un favor. Sácale una copia a mi cédula que la necesito llevar al médico.
-Claro, abue. Pausa. Abue, ¿Tú eres de mi abuelo?
-Ceño fruncido. ¿Qué es lo que dices tú?
-¿Por qué tienes en la cédula el apellido de casada y no el de mi bisabuela?
-Va pué, será porque me casé menor de edad.
-¡Ajá, picarona!

Sagradamente, a las 4:30 a.m. y durante todos los días hábiles del calendario académico del año 2003, entraba a la habitación que compartía con mis primos y llamaba: -"Vanessa, apura que es tarde". ¿Tarde a las 4:30 a.m? Sí, tenía clase de 6:00 a.m.

Con una peinillita gris con negro, peinaba sus ya cenizos cabellos cada mañana, los cuales remataba cuidadosamente en una diminuta bolita que ajustaba con pinzas. Acto seguido, cruzaba desde el patio hasta la puerta principal y saludaba a todo aquél que pasara por la calle (a esa hora). Luego instaba a mi abuelo para que llenara la "alberca", en caso de que el agua "ya hubiera llegado".
Ponía a la mesa, dos arepas de anís recién hechas con un rebosante pocillo de café con leche.
Ella siempre tenía algo para hacer, por eso miraba permanentemente el reloj de la cocina, como quien tiene una cita y desea no llegar tarde.

Aunque sagrado siempre fue también, su tiempo para apoltronarse en la mecedora pasadas las 3 p.m. y ver sus telenovelas. Manejaba los hilos de la historia con tal destreza, que era capaz de narrar la trama completa sin problemas. El que engañaba, el hijo perdido de la protagonista, el que era el malo del paseo, en fin. La parte que más me encantaba, era verla discutiendo con el personaje de la pantalla sugiriéndole qué hacer, mientras, según ella, la protagonista era toda una "abbitraria" (como suena).
De ella tengo tantas frases, probablemente quiénes gozaron de su presencia más tiempo, tengan un mejor repertorio que el mío. 
Creo que la más célebre siempre fue por mi modo de comer. Ella recalcaba que no había forma más rara de comer que la mía. Y es que desde que tengo memoria, siempre he comido cada porción por separado, primero la ensalada, luego la guarnición y finalmente la proteína.

Le encantaba ver reunida a su familia, y celebrar los comentarios jocosos de sus hijos, mis tíos. Siempre demostró el amor a su familia, atendiendo con comida; pues quizás no conocía otra manera. 
Quiénes me conocen bien, sabrán que soy amante de las sopas, y podía morir por una de las que ella preparaba, o su famoso spaghetti con pollo no desmenuzado, "porque la presa del pollo tiene que verse".

Gabo solía decir, que la vida no es la que uno vivió, sino como la recuerda para contarla.
Así la recordaré siempre... así la disfruté.

¡Una costeñita a tu salud! Eterna niña Diome...