sábado, 30 de diciembre de 2017

La pesada carga de cada "año-nuevo"


De las responsabilidades, sueños, retos, proyectos y nuevos amores que somos capaces de poner en el lomo de los años, cada fin de año.

Corren no, vuelan literalmente, los días de diciembre, luego de un noviembre monumentalmente "dejado en visto". Las ciudades bajan su ritmo, todos los asuntos "importantes" dan espera, la gente sonríe, los niños son más felices, las familias se reúnen, nadie se queja del dinero que falta y los centros comerciales se atiborran de parroquianos desesperados por aprovechar los precios de temporada. En contraste, firmas de autorización velozmente van y vienen en los despachos de quiénes fijan nuestros impuestos, contratos se adjudican "dedocráticamente" mientras que el pueblo vive en el circo, y el salario base mensual se minimiza hasta el grado de paupérrimo.

Su nombre es año y su apellido nuevo. Es pariente y amigo de todos. Y por eso, nos sentimos con la autoridad moral de cargar en el lomo de este sujeto humanizado todas las expectativas de vida y obra consagradas en una caprichosa y desesperada lista de deseos. El por-siempre popular propósito de adelgazar o ir al gimnasio olvidado rápidamente en el segundo trimestre del año, carro nuevo, casa propia, trabajo o estudio y el soñado -viajecito-. La lista anterior tiene sus respectivos "cambio de". 

Pregunto yo, ¿piensan ustedes, en algún momento en embellecerse interiormente, alimentar el espíritu, decorar el alma, ser mejor personas?
Personalmente, luego de algunas metas ya cumplidas, es el propósito más recurrente en mi lista de deseos para cada nuevo año. Al final, realizo un autoexamen y no siempre me va bien.

Y como todos los años, desde hace poco más de un lustro, dedico este día a redactar la carta con mis propósitos para el año nuevo. Debo decir, que el 2017 fue un año maravilloso para mi, lleno de muchas experiencias positivas, de sueños cumplidos, de personas invaluables y de amistades sinceras. El año que toca a la puerta, será uno lleno de retos más ambiciosos, de felicidad plena, de libertad y de muchas sonrisas.

P. D. Aunque, por obvias razones, la foto no lo evidencia cuando la registré, las carcajadas de la pequeña corriendo detrás de las palomas eran estruendosamente hermosas. Ciertamente, es algo contradictorio el adjetivo que empleo aquí. Pero es verdad, eran carcajadas llenas de felicidad, libertad, sencillez y naturalidad... de niñez.

Que el año nuevo no se nos escape como las palomas de las manos de la pequeña, sin vivir y disfrutar cada día, sin sonreír por lo menos una vez, sin ser felices. Al final, ¡todo pasa!

¡Feliz año nuevo a mis viejos y nuevos lectores!


domingo, 3 de diciembre de 2017

¿Qué viene después de un sueño cumplido?

¿Sentarse a vivir de su gloria?
¿Buscar nuevos horizontes?
¿Apagar e irse?
¿Next en el bucket-list?

Posiblemente todos hemos pensado en todas estas respuestas en algún punto del camino de la vida.

Posiblemente todos, hemos sido sacudidos justo allí, por la búsqueda del propósito para el cual hemos venido a este mundo
Y entonces hemos dicho: ¿hasta aquí llegué o quiero ir por más?

Soñar, es prolongar los anhelos conscientes en un estado inconsciente. Sin embargo, para hacer realidad los sueños, se necesita mucho más que la conciencia y un simple anhelo.

Hay quienes defienden que soñar es gratis y en efecto, lo es. Es una delicia poder transportarte a lugares fantásticos, acompañado de las personas amadas, o a situaciones de éxito que te gustaría trasladar a la realidad.

No obstante, hay sueños, que se  convierten más en propósitos de vida que en la simple ejecución de varias "realidades virtuales" de corta duración.
La consolidación de una empresa propia, vivir en otro país, tener mucho dinero, comprar una vivienda, ser reconocido, ser famoso, tener éxito o tener una bonita familia; podrían ser solamente algunos de ellos.

La cima en cada meta o realización personal, es precisamente personal. Nadie te preguntará o cerciorará, si es que acaso vas o vienes de regreso de la cima, si te rendiste en el camino o te sentaste a descansar por algunos instantes. Es por eso, que no hay sueños grandes ni pequeños; lo son solo para ti, porque son tuyos. Tú los cultivaste, por lo tanto, tú eres el encargado de ir tras ellos.

Que nadie te diga que te queda grande la meta. Sin embargo, aprende a ser consciente de tus limitaciones y trabaja en ellas.

¡Justo a esta hora, alguien está trabajando fuerte para cumplir su sueño!
Tu hora no llega de la noche a la mañana... ¡la eliges tú!
Tu cima tampoco está a la vuelta de la esquina... ¡la fijas tú!
Grande o pequeño, importante o insignificante para alguien más, es tu SUEÑO.

¿Qué viene después?
Esto también... ¡lo decides tú!

¡Saludos a mis soñadores lectores!

lunes, 23 de octubre de 2017

Impresiones de regreso en papel reciclado

Hoy dejé que mis manos se trasladaran a otras herramientas diferentes a las de un teclado para expresar... tomé el lapicero de tinta color azul que sujetaba mi cabello y con él volé a mi lugar feliz, a mi lugar de sonrisas perpetuas, en medio de sentimientos dicótomicos de felicidad, estrés, melancolía, tristeza y determinación.

Resultado de imagen para escribirPor ocasiones tengo la voluntad e impresión de escribir como para alguien más. Como un mensaje que se envía en una botella con destino desconocido y que espera ser bien recibido por su destinatario anónimo. En otras ocasiones, lo hago solo para mi, para viajar al interior de mi alma y desahogar mediante mis letras a pulso, mis blancas y oscuras pasiones.

Hay quienes hablan para desahogarse. Yo prefiero callar por momentos, para que mi alma hable por mi, como hoy.

Hoy me motiva para escribir, el tema de las segundas impresiones. ¿Y por qué? Porque también son importantes y hay quienes prefieren quedarse siempre con la primera. Yo no. Mi carácter me obliga a tirar los dados de la personalidad, nuevamente. A veces llegan sigilosas, estruendosas, unas veces se escapan o renunciamos a ellas por estulticia, de repente las aceptamos sin mayor renuencia o las manipulamos y finalmente; se las robamos al universo y misteriosamente calan y se ajustan a nuestra vida como la última pieza de un rompecabezas.

Y es que, segundas impresiones tenemos de todo. Con relación a las personas, lugares, viajes, películas,... ¡y es que hasta el papel admite segundas impresiones! Las tías suelen decir que cada quién habla del baile según como le va en él. Y tienen razón.
Aquí narro mis segundas impresiones de regreso, digamos que un antes y un después. 

No siempre tenemos la oportunidad de ver cómo hemos cambiado o incluso cómo ha cambiado todo a nuestro alrededor; nuestra familia, entorno, pareja y demás. Dedicados a ver y no a observar, a dejar que los días cuenten para un calendario, sin hacer que sea nuestra vida la que cuente para nosotros y aquellos que nos quieren. 

Ir y volver, para valorar lo esencial, para reconocer que no necesitamos tantas cosas, que no extrañábamos otras tantas y para darnos cuenta que podemos ser felices tirados en un césped disfrutando de una maravillosa compañía con vista a un lago inmenso y comiendo arepitas caseras, frutas y café helado.

Ir y volver, para valorar el silencio que, como en la música, es importantísimo.

Ir y volver, para sentir el calor humano de esta tierra rodeada de montañas que aún aplaude y llora (como yo) al aterrizar el avión, que saluda a su vecino de mil maneras, que abraza, que baila, que conversa, que sonríe, que pide todo con un "me regala...", que llora de emoción cuando su selección de fútbol gana, cuna de millones de artistas en todas la áreas, que no da papaya, que presiona el claxon de su carro en el trancón, que vende frutas y aguacates a todo pulmón en la primera hora de la mañana, que pregunta al conductor del bus si pasa por..., cuando el cartel dice en letras gigantes la ruta, que pide rebaja, que no suma las calorías del almuerzo y que tiene intersecciones viales tan costumbristas como "el huevo con el palo". En fin, así somos y por ello somos conocidos. Esta tierra seguirá forjando mi personalidad, indudablemente.

¡¡He vuelto, lectores!!
Y como reza la canción: No estaba muerta, andaba de parranda.

domingo, 6 de agosto de 2017

#NOsoyunanoviaempeliculada. ¿Lo eres tú?

Por obvias razones esta nueva entrada, fue inspirada en mi novio, quien ocasionalmente suele decirme: ¿Y ahora por qué te empeliculaste?

¿Recuerdan al señor del sombrero en mi entrada anterior? 
Le pregunté y esto me dijo:
-¿Usted es paisana?
-No señor, soy colombiana. Pero mi oficina da justo a la azotea donde están reparando el techo.
-Diga no más
-Es que hace unos días le vi un sombrero, al que le untó mortero. ¿Qué lo hizo?

Se rió ampliamente.
-Es que a mi vieja le gusta pintar y pues yo le llevo este y hace pendejadas, ella.
Cuando lo termine, ¿me lo muestra?
-Claro que sí, con gusto. Que tenga buen día.
-Gracias, igualmente.

Resultado de imagen para rollo de peliculaAhora sí, ¿por qué nos empeliculamos las mujeres?
Muy bien, definamos primero el verbo empelicular. Una búsqueda infructuosa en la RAE, para comenzar. Un google muy dispuesto a colaborar, como siempre, arroja los siguientes resultados: ¿montarse en una película?, obsesionarse. Acepciones que al parecer, son muy colombianas. Y un ejemplo: Vio al novio hablando con otra y se empeliculó.
Se me ocurre justo ahora que hay un artista de la música vallenata que canta una canción en honor al empelicule. Veamos qué idea nos da el filósofo contemporáneo Peter Manjarrez.

Te empeliculaste, te sollaste
Y le metiste corazón, zón, zón, zón
Y por eso estas así, sí, sí, sí, sí, sí, sí
Buscándome pa' que yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo
Te vuelva a poner el swing (Bis)

El que se enamora pierde
Nunca te dije mentiras
Y solo fue una salida 
No entiendo por qué mi vidaaaaa

Conclusión 1. La canción cuenta la historia de una señorita, a quien el cantante invita a un afamado restaurante en la capital colombiana. De seguro comieron y bailaron. Ella creyó que el hombre la llamaría al día siguiente, cosa que no pasó. Por lo tanto, ella se empeliculó. Sencillo. Entonces, empelicularse es armar un rollo, dirigir y actuar en una película inventada por uno mismo. 
Conclusión 2. ¿Qué se hicieron los autores? ¿Por qué bailamos y cantamos estas letras tan insulsas y pendejas?
En fin.

Toda la confusión, rollo o empelicule suele armarse, porque las mujeres manejamos versiones nivel Universal Studios y los hombres manejan la suya nivel cortometraje de garajePor lo general, a una de ellas le sobran los detalles que a la otra le faltan.

Insisto, ¿a qué cine vamos cuando nos empeliculamos las mujeres?
Al teatro de nuestra cabeza (sin duda el mejor, para bien y para mal). Escogemos actrices y actores principales y de reparto. Adecuamos los textos de cada personaje, preparamos la escenografía, el vestuario. Todo.
Cuando el hombre llega al teatro, es decir, cuando pregunta: ¿Qué tienes? Es ahí cuando botamos el libreto completito. A lo que ellos responden simplemente: ¡Te estás empeliculando, yo ni siquiera salí de mi casa!
¡Plop!

Ahora, este es solo un género. Hay otras que prefieren no soltar el libreto completo, sino hacer hincapié en cada escena particular #corte, #acción #toma43. Más divertido y rico en detalles, opinan algunas.

Estamos además, las que colocamos solo un poco de drama al principio y sin agrandar mucho el parlamento, terminamos por contar qué es lo que realmente nos molesta. Y ese es el punto, queremos casi siempre que la pareja nos adivine qué es lo que nos pasa. Pero, ¿por qué? Porque estamos "cargadas" y solo queremos responder: "viste, yo sabía", porque ajá o su variante porque sí.

Si te gustó, comparte tu empelicule favorito.

¡Saludos a mis "primeras actrices"!


martes, 1 de agosto de 2017

Del diálogo victimizante: ¿Por qué a mi?, ¿por qué yo?

¿Cuántas veces, sumidos en un silencio profundo, llorando desconsoladamente, mordiendo almohada o mirando simplemente al horizonte, nos hemos hecho estas preguntas? ¿con qué tono lo hemos hecho? ¿como quien recibe dones o como quien se queja de sus ''desgracias''? Vamos, tómate un café y acompáñame a ver... ¡Ah no! Eso es otra cosa. 


Siempre invierte en ti como si se tratara del proyecto más importante (de hecho lo es), aliméntate de buenas energías y pensamientos positivos. Siempre. 

Existen distintos roles que una persona puede adoptar para aceptar una realidad. Los interrogantes planteados como título aquí, podrían generar sensaciones ambiguas, dependiendo de la personalidad del individuo que las plantea.

Por ejemplo, mujeres y hombres, que en su conducta megalómana se preguntan a sí mismos, tras experimentar situaciones de éxito o realización de proyectos y sueños de cualquier índole: ¿Por qué a mi? ¿por qué yo? Solo para contestarse a sí mismos quizás, con la respuesta más egocéntrica de la humanidad (soné exagerada): Porque yo me lo merezco. Ahora bien, esto fue solo un ejemplo. Pues por lo general, quienes sufren de estas actitudes de grandeza, no suelen cuestionarse acerca del merecimiento de sus logros. Los dan por sentados, les deben ocurrir a ellos. Acaso, ¿a quién más?

La otra cara de la moneda refleja esos seres que, aparentemente, cargan una nube gris a toda hora mientras que todo a su alrededor parece alumbrar, esos que arrastran un pesado bulto de sal y parece que la vida se hubiera ensañado contra ellos. Ellos repiten una y otra vez: ¿Por qué a mi? ¿por qué yo? Sin embargo ellos no se responden, ellos solo lamentan su suerte; sin hacer un balance de las cosas que hicieron mal o que simplemente dejaron de hacer. 

Podría resultar muy sencillo sacar del baúl de las mamás, frases milenarias como: "Dios dijo ayúdate que yo te ayudaré", "no hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla" o "cada quien tiene lo que se merece, aguarde y ya verá", para intentar calmar o aliviar una situación infortunada de esa persona. Pero, ¿de qué otra forma podemos ayudarlos? ¿les solucionamos la vida? Si les brindamos todo, ¿cómo saldrán adelante después?

Curiosamente hace unas semanas en un programa televisivo, veía un reportaje de unas personas subsidiadas que se habían acostumbrado a recibir una cierta cantidad de dinero por parte del Estado Colombiano sin procurar invertirlo en un pequeño negocio y hacer algo "más" con sus vidas. Se creyeron la historia de que "ellos se merecen esa suerte", es más, que el Estado debe responsabilizarse por ellos. Entonces se conformaron con las minucias y se dejaron ir con la corriente. 

Esta situación que hoy llama mi atención puede deberse, sin duda alguna, a muchos otros factores y "cosas de la vida" que no menciono en este blog. Y me tomo mi café de la tarde y me pregunto a mí misma si alguna vez también yo me he cuestionado así. Y sí, lo he hecho. Y aunque mi caso podría ser el de muchos, las veces que lo he hecho, solo miro al cielo, me río con el hombre del penthouse azul y me respondo: "Si no hubiera sido a mí, así, no sería yo, hoy". Algo aprendemos, siempre. Y cito a Galeano: "El tiempo que fue sigue latiendo, VIVO, dentro del tiempo que es, aunque el tiempo que es, no lo quiera o no lo sepa".

Despido estas líneas, mientras que, de forma muy distraída, observo a un obrero de nacionalidad mexicana, que en su afán de evitar que su sombrero volara de su cabeza para seguir protegiéndose del sol inclemente, lo "barnizó" con una mezcla de cemento, arena y agua. ¿Sabrá el hombre que mañana se lamentará, no solo por el sol inclemente sino además porque su "casco protector" estará un poco más pesado de lo normal?

Mañana le pregunto y les prometo respuesta.

Saludos a mis "cafeteros" lectores.


domingo, 9 de julio de 2017

"Venecia sin Ti"

Pocas personas conocen de mi fascinación por visitar esta ciudad en particular.
Desconozco en qué momento de mi vida surgió ese encanto por ti, Venecia. Quizás la imagen del gondolero como un cándido celestino de millones de parejas enamoradas alrededor del mundo, hacía eco en mi cabeza. Ese mismo encanto que hoy me trajo hasta Ti, aquí está latente, para tener la dicha de verte, pisarte, olerte, caminarte y contemplarte.

Amo visitar los lugares que encierran magia e historia; y sin duda Venecia es un lugar que inspira a millones de artistas para cantarle, fotografiarle, dibujarle y en su honor, cual vate consagrado, dedicarle los más hermosos versos que emanan de las almas sensibles.
Recuerdo con nostalgia, cómo hace un par de lustros atrás, desde el segundo piso del bloque de Ingeniería Civil de la extinta CUC y apoderada de la partitura de soprano, entonaba esta canción que hoy evoco viéndote cara a cara, tal cual como te soñé.

Qué profunda emoción
Recordar el ayer
Cuando todo en Venecia
Me hablaba de amor

Ante mi soledad
En el atardecer
Tu lejano recuerdo
me viene a buscar


Qué callada quietud
Qué tristeza sin fin
Qué distinta Venecia
¡Si me faltas tú!

Me pregunto con mis ojos clavados en tu gran canal, cuántas almas enamoradas no habrán profesado amor eterno frente al encanto e inmensidad de tu puente Rialto.

Y aunque es un destino para recorrer en pareja, no me limité. Viajé sola como un champiñón -a propósito, tras esta entrada consultaré quién fue el de la idea de someter a la eterna soltería a los pobres champiñones-, pero fui feliz. Cada recoveco de tus plazas, puentes y callejuelas -trazadas como por un embriagado arquitecto-, fue testigo del "corre-corre", del infante llorando, de la selfie posuda, del sudor, de las caras asombradas, y por qué no decirlo, de miles de turistas y locales cantando "despacito". 

Tu insondable paz y tranquilidad se deben al hecho de que por tu senda no circulan carros, ¡qué dicha tan amarilla! 
Representas el estereotipo de la ciudad no-típica. Me explico en el italiano incipiente que quise aprender por ósmosis: 
-Buongiorno, quanto costa andare all'isola di Murano in vaporetto?
-Va bene 80 euro a Expreso, signorina. Ma potrebbe andare in un taxi di acqua
-¡¿Taxi di acqua?!
-¡Qué berraquera! (En español paisa, solo porque no hay traducción)

Gracias a un origen común en las lenguas romances, más exactamente a la familia de las lenguas iberorromances, el español y el italiano tienen palabras muy similares o cognados, así que fue más sencillo hacerme entender en español que en inglés. Tras este viaje, debo admitir eso sí, que encuentro más romántico el acento italiano que el francés.

Ahora bien, así como toda piel tiene su lunar, por supuesto que Venecia tiene el suyo. Su único lunar. Confieso que algunos detalles del itinerario de Italia fueron dejados al garete, por lo tanto en muchos casos necesitaba internet para realizar consultas turísticas. Un consejo: ¡Váyase armado con mapa!, porque a menos que disponga de una línea telefónica europea, no podrá acceder al Free-wifi de Venecia. 

Y allí contigo en una encantadora deuda personal ya saldada y con la costumbre de hablar sola, aparentemente "mal de familia", recorro y grabo como tatuaje a mi piel, tu aroma, tu romántico atardecer, tu sol en mi cuerpo, tus visitantes, tus puentecillos entre tus calles de variadas aberturas, tu arte y mi sueño cumplido en ti.



Probablemente sea una de mis entradas más "rosa", no prometo que sea la última. Hay 12 días "28". El que lo entendió, lo entendió.

¡Saludos a mis "rosa-dos" lectores!

sábado, 3 de junio de 2017

¡Halá Madrid!

Si Usted, hincha madridista, cometió el garrafal error de abrir este enlace, bien pueda vuelva a sus actividades de celebración. Esta entrada no es para Usted. Esta no es una oda al Real Madrid, ni más faltaba aquí en mi muro... ah no, que esto no es facebook. 


Presiento que me voy a meter en problemas más que sustanciales, sobretodo porque hoy es la final de... ¿de qué?
Sin embargo, no pretendo menoscabar el sentimiento y la pasión que producen, el accionar de 22 individuos foráneos detrás de una esférica en un rectángulo con un área promedio de 7 297 metros cuadrados, en el arquetipo del colombiano promedio... 
Sí, me voy a meter en el pueril terreno futbolístico, aunque solo por "los la'itos", para no descontarle seguidores masculinos a este incipiente canal.
Bueno, ya que arranqué mal, ¡mejor, aceleremos el paso!

Como HOY, la zona de noticias en mis redes sociales se encuentra atiborrada de sentimientos dicotómicos: por un lado los felices ganadores y por el otro los tristes y desconsolados perdedores, me animé a escribir esto. Y cuando uno quiere criticar la enajenación del fútbol, Borges aparece como una opción para legitimar el discurso, algunos podrían considerar esta una diatriba futbolística; mientras que yo lo llamo: uso del tiempo disponible para disfrutar de un cafecito caliente y del olor a fuerte lluvia por estos lados.

Ahora bien, no es que no me guste el fútbol. De hecho, sí me gusta y lo disfruto, además entiendo algunas jugadas y las penalidades, y he ido al estadio tantas veces como a conciertos. Solamente pretendo encontrar una explicación medianamente razonable para que una porción de esta conurbación suramericana se sienta saciada y manifieste una pasión desmesurada cada vez que tiene lugar un encuentro futbolístico entre dos equipos internacionales (resérvese el derecho de colocar la llave que mejor le parezca).

Pensando en el siguiente párrafo, intento responder el interrogante menos que superficial, dejado al garete, y con toda la intención, para que los fanáticos de las diferentes ligas española, italiana, la premier de Inglaterra, bundesliga, entre otras; me ayuden a responder.

¿Cuándo veremos a un italiano hincha del Cúcuta deportivo, o del América de Cali? ¿Cuándo a un francés enardecido cantando ¡grita el pueblo clamoroso, viva el...? Puras entelequias, ¿no crees?
No falta el aficionado que hoy, mañana y hasta la siguiente oportunidad,  salude diciendo en español madridista: ¡Enhorabuena! o aludiendo a las raíces árabes: ¡Halá Madrid! como he titulado ¿esta entrada?

Yo amante del fútbol extranjero no soy, ni mucho menos. Quizás, la relación más cercana que tuve con él, es que admití en cierta ocasión que me encantaba el Galatasaray, pero solo por ser una palabra que registra una sonoridad agradable a mis oídos (¿acaso qué otra palabra tendrá la vocal -a- consecutivamente repetida en sus sílabas?). Pero obvio, que me gusta ver jugar a mi Selección Colombia, y admirar a las viejas glorias y sus triunfos importantes obtenidos, en otrora.

No es que les vaya a dejar tarea, tampoco. Por supuesto que tengo muchos amigos, conocidos y familiares que son fanáticos de cualquiera de los equipos que participan en las ligas anteriormente mencionadas. Por ellos justamente es que conozco, que son fanáticos, solo porque admiran ver un buen partido de fútbol.

Y hasta aquí mi profunda reflexión sabatina... Tampoco es que haya mucho qué decir al respecto.

Si Usted fue el necio o curioso que leyó esta entrada hasta el final, sírvase por favor dejar el comentario que me permita dilucidar este cuestionamiento, que muy probablemente, no sea solo mío. Ahórrese groserías también. Más se demora usted en escribir, que yo en borrar.
Atentamente: La administradora de este canal.

¡Saludos a mis lectores!
P. D. ¿Quedarán?

miércoles, 24 de mayo de 2017

¿Me vende una vida sin estrés, por favor? No, ya se acabaron

  • ¡A qué hora la vida se complicó tanto! Exclaman las almas débiles,
  • Las abuelas pregonan: "Dios entrega sus mejores batallas a sus soldados más fuertes"
  • Tu otro yo replica, sentado en la comodidad de un sofá: El destino ya está escrito, ¡para qué te preocupas!
  • ¿Y qué dices tú?

Casi siempre, después de haber desahogado mis emociones a través de cualquier medio (escribiendo, llorando, escuchando mis canciones "sube-ánimo"), me pregunto el para qué de las cosas que suceden, no importa si soy el complemento directo o indirecto de la acción.
Resultado de imagen para vida sin estrésY en esa tarea, intentando pensar para abarcar todo, pienso en nada... y entonces aparece lo que he denominado mi frecuente limbo existencial; que me seduce, me adormece y luego me sacude, y me lleva a pensar en cosas que escapan a mi realidad. Y comienzo por analizar las acciones de mi vida, que me han traído hasta este punto... qué he hecho yo y dejado de hacer para llegar aquí y asimismo, qué han hecho otros para que yo esté aquí... Aunque no literalmente.

Llega ese momento en que los pensamientos no son la serie de hechos como consecuencia de la realidad, sino que logran desligarse de ella, y van entonces a una mayor velocidad. Quieres de repente controlarlos, como quien hala las riendas de un brioso caballo, pero no es posible. Y esa desconexión, te alienta o desconcierta, sin remedio. En consecuencia, aparecen proyectadas en el teatro de tu cabeza, todas las posibles situaciones que se desprenden del presente sin secuencia lógica aparente, con resultados favorables o desfavorables para ti en lo sucesivo. Como si se tratara además, de una máquina que expulsa pelotas de béisbol en fracciones de segundo, y en cada batazo debes asegurarle a cada una un home-run o por lo menos 2 bases corridas, o lo que análogamente sería la mejor solución para cada escena o situación.

Inexorablemente, tras montarte en un tren de pensamiento de alta velocidad, te bajas en la siguiente estación, para pensar que tienes hambre y aún no has hecho nada de comer.
A ese éxtasis o montaña rusa de emociones, yo le llamo estrés. 
Algunas veces puedo controlarlo muy fácilmente, y otras veces, no tanto.

En cuanto hayas terminado de leer este "malestar estomacal verbal" (a propósito de los acontecimientos ciclísticos recientes), seguramente pensarás que me enloquecí y que me fumé algo extraño a mis casi treinta y dos años de vida. Pues no. Resulta que hay mucho en esta entrada que corresponde a fragmentos de una catarsis personal. Por eso no importa si las frases están concatenadas o si lo dicho por mi aquí, tiene algún sentido para ti.
Muy al contrario de lo que puedan citar algunos estudios psicológicos y sociológicos al respecto, yo no creo en el estrés positivo. Si este tiene verdaderamente efectos positivos, entonces no merece ser llamado estrés.

¿Yo estresada?
Señor, ¿Me vende una vida sin estrés, por favor? No señora qué pena, ya se acabaron.
Ah bueno. De todas maneras, muchas gracias.

¡Saludos a mis muy y no tanto es-3-a-2 lectores!

sábado, 22 de abril de 2017

El hábito ¿hace? al monje

Pese a ser considerada una novela corta propicia para la audiencia infantil, "El Principito" de Saint-Exupery ofrece a sus muchos lectores profundas reflexiones acerca de la vida y la filosofía del existencialismo y además, fuertes críticas escondidas en metáforas de todos los hechos "importantes" que consideramos los adultos.


"Este astrónomo hizo una gran demostración de su descubrimiento en un Congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó a causa de su manera de vestir. Las personas mayores son así. Felizmente para la reputación del asteroide B-612, un dictador turco impuso a su pueblo, bajo pena de muerte, el vestido a la europea. Entonces el astrónomo volvió a dar cuenta de su descubrimiento en 1920 y como lucía un traje muy elegante, todo el mundo aceptó su demostración (...)"

Es probablemente una de las muchas enseñanzas que más me gusta de esta historia, quizás, porque este capítulo se desarrolla en un escenario que para mi resulta familiar y al mismo tiempo, apasionante

Con frecuencia, solemos emitir juicios a priori sobre el valor de ciertas personas, considerando el simple hecho de su apariencia física y damos poca o nula credibilidad al discurso de un desprolijo orador o interlocutor que tiene, a nuestro modo de ver, "pinta de todo" menos de ser una persona a la que podamos creerle lo que dice.

Inverosímil o no, alguien me refirió este comentario hace unos cuantos años atrás: "Los caballeros se reconocen por su reloj y las damas por su perfume". El contexto en el cual afirmó esto, encaja perfectamente con la escena presentada en el cuento de El Principito. Este es, tristemente, un paradigma que cobija la realidad de la cultura popular en muchas ciudades de Colombia, pero me atrevería a decir, que aún más las del Caribe. Y es que la mitad de mis años vividos ha transcurrido principalmente entre dos ciudades caribeñas; entonces hablo con criterio suficiente, cuando expreso mi opinión al respecto. Ahora bien, como en todos los escenarios, este tiene por supuesto, sus claras excepciones.

Hace pocos meses se volvió viral en redes sociales el video de un habitante de calle tocando una cadenciosa melodía en un piano que se encontraba separado de su intérprete por una reja. Recuerdo haber leído más comentarios relacionados con su aspecto físico y la lástima que generaba, que con la virtuosidad de su presentación. Se trataba de un ex integrante de un reconocido grupo de salsa colombiano.

¿Hacia dónde quiero enfocar mi reflexión? Un detallado bordado de cocodrilo, una pantera, un jinete, un águila, un alce, qué sé yo, quizás unas simples iniciales o prácticamente una diminuta bandera tricolor delicadamente confeccionados al lado derecho o izquierdo de tus prendas de vestir, no te harán ser más profesional; probablemente parecer, si es que a eso aspiras. ¿Consideras que con lo que sabes y puedes demostrar no es suficiente? En la misma línea, un reloj de 1000 dólares marca la misma hora que uno de 100, unas zapatillas de 300 pisan el mismo pavimento que sus homólogas de 30 y el vehículo con el emblema de "el espíritu del éxtasis" se detiene en el mismo semáforo que el del rombo plateado. ¿Entonces? 

No pretendo condenar con esto a quienes les gusta ir por la vida mostrando etiquetas - de carro, ropa interior, perfume, reloj, zapatos, etc.- Son plenamente libres para hacer lo que tengan a bien. El hecho radica en creer que esta serie de detalles completamente superfluos se convertirán en tu marca personal, en casi un segundo apellido o en el prefijo de tu tarjeta de presentación.

Los invito a reflexionar por un momento en esta cita que se le atribuye a Sabina y que quiero parafrasear para así contextualizar: "Lucirás todo lo guapa(o) que quieras forrada(o) en tu mejor estuche, pero si el mundo fuera ciego, ¿a cuántas personas impresionarías?"

¡Mira la esencia, no las apariencias...
que todo entra por los ojos dicen los superficiales,
lo que hay adentro es lo que vale! 
(dílo cantando si la reconociste)

¡Saludos a mis habitu-ales lectores!


miércoles, 5 de abril de 2017

"Para saber a dónde vas, tienes que saber de dónde vienes"

Esta es quizás una de las entradas más fascinantes y trascendentales que he podido escribir a la fecha, no sólo por lo que representa históricamente para mi y mi familia paterna, sino también por el valioso tiempo de lectura invertido, que en este justo momento de mi vida debería estar destinado exclusivamente a todo lo relacionado con mi tesis doctoral. ¡Ops! Lamento decirme que no es así.

Como preámbulo a esta historia debo decir que a partir de una amena conversación con una extraordinaria persona, resurgió la motivación por conocer esta parte de mi historia que me dejó gratamente sorprendida.

Tras abrir sigilosamente la puerta de mi oficina, iniciamos esta conversación:

"Do you have any idea where your surname comes from?" 
"Not completely sure, but once I heard it came from United Kingdom..."
"Have you ever heard something about Maria De Agreda?" 
"Definitely, I have not"
"Well, apparently her grandfather was Abraham Senior..."


Con el aguijón en la sangre y experimentando la misma sensación de un investigador privado al intentar unir cabos sueltos, me dispuse a consultar las fuentes disponibles y así adentrarme en la búsqueda de mi árbol genealógico y su rama Caribeña. Y es que este hombre, Abraham Senior, tuvo mucho que ver en la historia de la España de la Edad Media, al ser uno de los judíos más ilustres y poderosos de Castilla; desde ser el importante wedding planner de los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, hasta realizar importantes donaciones para la segunda misión expedicionaria de Cristobal Colón o Don Christopher Columbus.

Don Abraham Ben Eliyahu Senior Coronel, Abraham Senior, Abraham Senneor o Abraham Seneor (Segovia, 1412-1493) fue un rabino o rabí -jefe espiritual de la comunidad judía que tiene entre sus funciones interpretar las Sagradas Escrituras-, banquero y político que ocupó el cargo de administrador real o almojarife -funcionario de la alta burocracia encargado de la hacienda pública-[4]

Abraham Senior, era el hijo de Don Eliyahu Ben Daniel Senior (su madre no figura). Tuvo dos matrimonios, el primero con Violante de Cabrera, con quien tuvo tres hijos: David Senior, Íñigo Pérez Coronel y Constanza Abraham Coronel[7]. Una fuente adicional[12] señala que fueron seis los hijos, sumándose al listado anterior: Apolonia Abraham Coronel, Francisca Abraham Coronel y Solomón Senior Coronel; y el segundo con María Sánchez del Rio Abulafia, de cuya unión nacen seis hijos más: Reina Abraham Senior Coronel, Fero Núñez Abraham Senior Coronel, Francesco Hernándes Abraham Senior Coronel, Louis Núñez Abraham Senior Coronel y Tomás Núñez Abraham Senior Coronel. El nombre de la sexta hija no figura en las fuentes consultadas. 

Abraham Senior tuvo que convertirse al cristianismo a la edad de 80 años para evitar ser expulsado de España y lo hizo bajo el nombre cristiano de su padrino Fernando Núñez Coronel, refundando así un linaje noble; el de los Coronel.  El grupo de judíos que salieron de Sefarad en 1492 (palabra que en lengua hebrea, se utiliza para referirse a España y Portugal) se expande por Constantinopla, Venecia, Ámsterdam y luego al Caribe comenzando por Curacao, pasando por Coro (Venezuela) para llegar finalmente a Barranquilla. 

Como dato curioso, un miembro de la Familia Coronel, Pedro Fernandes Coronel, tomó parte en el segundo viaje de Cristóbal Colón y fue nombrado Lord High Constable de las Indias, que tuvo lugar entre 1493 y 1496 [4]. Ahora bien, se preguntarán algunos de ustedes al igual que yo, el porqué de ese "reguero" de Abraham en todos los nombres de la descendencia de los Senior. Pues bien, esto se remonta a una antigua tradición sefardita, en la que se colocaba a los primogénitos varones el nombre del abuelo y adicionalmente por la estructura de los nombres judíos: nombre + hijo de (Ben, si es varón o Bat si es es hembra) + apellido de la tribu o clan familiar.[6].

Con un brinco gigante en la línea de tiempo, es decir, sin precisar lo ocurrido con este linaje entre los siglos XV y XVIII en las diferentes latitudes y sus miles de descendientes en las ciudades donde pudieron asentarse tras su salida de España; me ubicaré en el instante de tiempo en que el apellido Senior llega al Caribe e inicia su vertiginosa expansión.

Así que una vez en el Caribe y para las primeras décadas del siglo XIX, Curacao padece los efectos de una grave depresión económica, acompañada de sequías y una epidemia de viruela, es entonces cuando muchas familias judías sefarditas emigran hacia otras islas del Caribe y a Suramérica: algunos partieron hacia Coro en Venezuela en la década de los 30[6]; y otros hacia el puerto de Barranquilla[5]

Abraham de David Abraham Senior y Abinun de Lima fue el primero de este linaje que llegó a Coro (Venezuela) proveniente de las Antillas Holandesas (Curacao)[2,9]. Su hijo, David Haim de Abraham David Senior y Calvo, fue quizás el primero de este linaje que llegó a morir a Barranquilla en el año 1892 a la edad de 67 años. Sus restos descansan en el antiguo cementerio sefardita de esta ciudad.  
Años más tarde, llegó el penúltimo de los 7 hermanos de David Haim de Abraham David Senior y Calvo a la ciudad de Barranquilla proveniente de Coro, Isaac de Abraham David Senior y Calvo. Este último murió en 1915.

Mi abuelo paterno se llamaba José Enrique Senior Fontalvo y aunque solía bromear con que su cédula de ciudadanía no tenía la fecha correcta de su nacimiento, presumo que debió nacer por la década de los 20. Sin contar con información suficiente para vincular esta relación al árbol genealógico general del linaje Senior, solo me limito a bendecir el divino segundo en que aquella rama de los "Senior y Calvo" se aproximó al árbol de los Fontalvo, y esta rama al árbol de los Molinares y esta nueva rama al árbol de los Arrieta. Con miles de historias enmedio, finalmente, heme aquí.

(...) Y es que esta entrada resultó ser tan extensa como descendientes de la familia Senior existen solo en el Caribe. Mi objetivo al compartirles esta fracción de mi historia es llenar un vacío que generó dudas, ocasionalmente. 


Vanessa, ¿no vas a explicar el garabato que pusiste allí? 
Sí. Es la rúbrica de Don Abraham Senior. Fascinante, ¿no?

¿Y María De Agreda de qué va en esta historia? 
Su nombre real es María Coronel y Arana (1602-1665), es más conocida en el mundo religioso como la Lady in Blue.
Así las cosas, es mi prima en el grado de consanguinidad en línea colateral que algún otro desocupado lector desee calcular.

¡Saludos a mis "ramificados" lectores!

Referencias utilizadas:
1. http://palomatorrijos.blogspot.com/2016/03/abraham-senior.html
2. http://www.rodriguezuribe.co/getperson.php?personID=I170&tree=arbol1
3. http://juderiasdesefarad.blogspot.com/2012/02/la-juderia-de-segovia-abraham-seneor.html
4. http://www.peerage.org/genealogy/pedigree_senior_largeprint.htm
5. http://esefarad.com/?p=37192
6. https://books.google.com/books?id=HY_9lN8RplkC&pg=RA1-PA22&lpg=RA1-PA22&dq=padres+de+abraham+senior&source=bl&ots=hsSoOUXR&sig=CPMdtsiK0XSqqTp3G9HMCrkegs8&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwixtcjY-YPTAhVFHGMKHXtaA4UQ6AEIVzAL#v=onepage&q&f=false
7. https://www.geni.com/people/D-Abraham-ben-Eliyahu-Senior-Coronel/6000000004988963168
8. http://www.vallenajerilla.com/berceo/florilegio/inquisicion/solucionfinal.htm
9. https://www.genealogieonline.nl/rodriguez-lopez-y-uribe-senior/I170.php
10. Book: The Jewish Nation of the Caribbean: The spanish-Portuguese Jewish settlements in the Caribbean and the Guianas
11. http://www.peerage.org/genealogy/Violante%20de%20Cabrera.pdf
12. http://www.tzorafolk.com/genealogy/history/senior.htm#abraham2-patriarch1