sábado, 31 de diciembre de 2016

...Porque me ha deja'o cosas muy buenas

Otro año que se va... uno nuevo que llega!
En víspera de recibir el 2017, es el momento ideal para hacer el balance de lo programado o planeado versus lo ejecutado, hacer nuevas promesas, revisar el progreso de aquellos propósitos de mediano y largo plazo y agradecerle al caballero del penthouse azul "unas cositas".
Por mi parte, soy su hija bendecida. Conoce de mi impaciencia, pero no por ello modifica sus tiempos.
Mi propósito durante el 2016 fue ser feliz y como ya aprendí el "modus operandi", lo extenderé al 2017; con una cereza: vencer los miedos que no me dejan evolucionar. Porque cambiar no es evolucionar ni crecer es madurar.

No es el primer año que estoy lejos de casa. Sin embargo, sí extraño muchas cosas y mi ambiente familiar por esta época. Alguien que aprecio mucho, solía decir: "Cada quién está en lo que está". Y hay mucho de cierto en esta sentencia; no se puede pretender todo en la vida. Muchos metas propuestas implican sacrificios como estos.

Deseos para el 2017?
Darle al mundo una mejor versión de mi y eso conlleva una serie de procesos y crecimientos internos que sólo a mi me competen.

Un maravilloso año 2017, próspero en todos los sentidos; lleno de amor, sonrisas, abrazos y caricias sinceras.

Valora más lo que tienes (no es lo mismo que ser conformista) y agradece por ello.

Un abrazo afectuoso a mis lectores.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Carta para la Vane de 8 años... de su homóloga de 31

En entradas anteriores, he manifestado mi gusto por los diálogos internos (el yo inconsciente como interlocutor de mi yo consciente). Lo hago con frecuencia...
Aquí una carta muy especial que hoy quiero compartir con Ustedes.

Querida niña Vane:

Hoy, mi vida se resume en el compendio de sueños, preguntas, pensamientos y anhelos que tenía a tu edad. He descubierto tantas cosas maravillosas del mundo, y otras no tan agradables. He conocido personas increíbles que han marcado mi vida.

Quiero decirte que muchas cosas no son hoy como las pensaste. Por ejemplo, tú creías que primero ibas al colegio grande (Universidad) y luego hacías tu carrera. Resulta ser que desarrollas una carrera estando en la Universidad, que no es precisamente un colegio grande.

No creciste mucho en estatura, sí en otros talentos. Hoy realizas actividades que jamás pensaste que harías y que te hacen muy feliz.

Déjame contarte, entre otras cosas, que no tienes chequera y no vas de tacones elegantemente vestida a una oficina. Cambiaste de ciudad varias veces y te acoplaste a los cambios. Tampoco te has casado o tenido hijos y no te afecta.

Si creíste que dejarías de hablarle a tu padre Herman, te equivocaste. Aún lo haces y le preguntas a Dios, el porqué. Y sigues soñando cómo sería todo si él estuviera a tu lado.
Has superado pruebas difíciles, que te han costado lágrimas, pero has aprendido. Eres independiente, segura de ti misma y vives muy agradecida por todo cuanto te rodea y las bendiciones que a diario recibes.

¿Sabes? Ya estuviste en París y viste de cerca la catedral de Notre Dame, la misma donde se refugiaba Cuasimodo con la esperanza de ver a Esmeralda. Recorriste solitaria sus calles y puentes, pero te encantó. Aún te falta Venecia.

No te preocupes, sigo viviendo alegre y estoy haciendo lo mejor posible para no defraudarte. A propósito, mamá se sigue demorando bastante cuando va a mercar. 
Sé que siempre soñaste con que yo haría esto un día cualquiera... 
Recuerdo que a tu edad dije que te hablaría unos cuantos años después para contarte cómo iba todo en mi vida, tu vida.

He saldado mi deuda, felizmente.

Con profundo cariño para ti, Vane.
¡Ahora, vé a jugar!

domingo, 4 de diciembre de 2016

Crecer: Mis años maravillosos parte II

Todo cambia...

Nuevos amigos, nuevos profesores, nuevos compañeros de clase... en una nueva ciudad. Cuando eres niño, cosas como estas son, aparentemente, más fáciles de enfrentar y asimilar.


Iniciaba la época del bachillerato en Magangué, una cálida ciudad ubicada al sur del departamento de Bolívar y a escasas 3 horas y 40 minutos desde Cartagena.

Recuerdo claramente mi primera vez en el "nuevo colegio". El CEDI abría sus puertas a una nueva estudiante que llegó unas semanas tras haber iniciado el regular año escolar. Con mis nueve años, lucía un vestido blanco que terminaba en una falda de flores azules y moradas y un lazo que era el remate de un cuello marinero, medias y zapatos blancos. Mis compañeros de clase vestían su uniforme verde y blanco y las niñas, uno de cuadros verde militar, rojo, negro y blanco.

Mi recuerdo más grato de este colegio es, paradójicamente, una vez que debíamos llevar unas pinturas para trabajar un vitral en clase. Luego de la actividad y listos para volver a casa, le pedí a mi amigo que si iba para el salón trajera mi maletín, con la mala fortuna, que en vez de entregármelo, me lo lanzó. ¿Resultado? Pinturas que en hermoso collage arruinaron mis apuntes de las materias "en las que uno suele escribir mucho".

Sólo un año allí, luego un tránsito al ITCD para iniciar mi bachillerato. ¿Leíste mi primera entrada? Allí narro muchas de las situaciones particulares durante la etapa de colegio.
Tengo la dicha de decir que los amigos de "toda la vida", me los ha dejado esta maravilloso transitar por el bachillerato. 

Fui una niña juiciosa y responsable, siempre me gustaba ocupar el primer lugar. En nuestras reuniones, mis amigos aún recuerdan jocosamente la historia de un famoso examen de matemáticas que lloré porque no obtuve la calificación que yo quería.

Avanzaba en edad, aunque no mucho en estatura. Llegaban los tiempos de la guitarra, de los paseos en moto, de las idas a finca, de las rumbas de 15 y el primer amor. ¡Y tuve diarios que aún conservo ... y me río hoy de todo lo que escribía!
Para ese entonces, ya cantaba en el coro de la catedral de Magangué. Fervorosamente, cada domingo, mi voz se sumaba al coro de alabanzas. Descubrí allí, que el canto era una pasión, tanto, que en un momento llegaría a ser mi medio de sustento.

Y sin poder parar el tiempo, llegaba el grado 11. Año de aventuras, alegrías, tristezas... para muchos el momento de partir. Recuerdo que quería estudiar Ingeniería Ambiental, pero luego de una seria conversación con uno de mis queridos profe, opté por estudiar Ingeniería Civil.
Quizá la alegría más grande fue tener, junto a mis amigos, la oportunidad de grabar el himno del colegio. ¡Oh Instituto Diocesano tan querido!
De dato curioso, mi regalo de graduación fue un celular.

Entonces Barranquilla, me dijo para el año 2003, ¡Bienvenida Vane, el buen hijo vuelve a casa!...

Partir, abandonar, dejar el nido para crecer... para aprender.... ¡a vivir!
Esta noche hice catarsis. Un maravilloso viaje en el tiempo

P. D. Probablemente, haya una tercera entrega aunque no sé si mi hoy haga parte de ella...




domingo, 6 de noviembre de 2016

Crecer: Mis años maravillosos. Parte I

¿Todo tiempo pasado fue mejor?


Vane, ¿de dónde eres? 
-Soy de Barranquilla-.
¿En serio? ¡Pero, tú no tienes acento costeño!
Increpo, -Bueno, sucede que me crié en Medellín-
¡Pero, es que tampoco tienes acento paisa!
-Si. Es una larga historia, mi historia-.


Los primeros nueve años de mi infancia los viví y disfruté en Medellín.
Mis amiguitos de la cuadra: Alejandra, Laura, Claudia, Sara y Andrés Felipe. Hasta el sol de hoy, no sé qué habrá sido de ellos.
"¿Mami, podemos jugar otro ratico más con Claudia y Sara?". -Ay sí doña Gestrudis, ¿las deja jugar un ratico más? ¿Si? Ay diga que sí. Sííííí-.

Resultado de imagen para maquina de coser antiguaRecuerdo tantos disfraces que mi madre nos confeccionó, a propósito de la época. Ella tenía una máquina de coser que yo usaba para jugar, porque la sensación de conducir un carro en curvas la vivía al máximo manipulando la rueda y sintiendo cómo el pedal se movía de un lado a otro.

¿A qué jugaba exactamente?
En muchas redes sociales abundan las imágenes de los juegos y actividades que caracterizaron a las generaciones modelo 80 en adelante. Puedo decir que fui poco usuaria de la televisión en ese entonces hasta que llegó el atari. Y sí, mi mamá también tuvo el miedo aquél de que "ese aparato le daña los colores al televisor".
Yo también creía que estando de pie y moviendo mi cuerpo "al ritmo de la palanca", realmente el "comegalletas" subiría o bajaría mejor.

Era la época de los reinados en las casas. "Cada candidata tenía su ajuar propio" y este consistía en vestido de baño, casual y de gala. Las coronas las hacíamos nosotras con papel dorado y plateado, aunque no recuerdo bien cómo era la elección. Y no, no habían "Steve Harvey" que anunciaran ganadoras por equivocación.

Resultado de imagen para nubeluzJugábamos a ser nubecinas, "al grantico, palmani zum" y las guías para anunciar los juegos y nombres de los participantes tenían forma de nube que coloreábamos cuidadosamente. Eran juegos muy profesionales.

Aunque no tuve bicicleta, aprendí a montarla. Sentía adrenalina al descender sin pedalear desde "el morro" y luego frenar para no llegar hasta la avenida donde pasaban los buses de Itagüí.
Un par de patines morados con estrellitas amarillas fluorescente alegraron aún más mi infancia. ¡Mis rodillas se acuerdan de ellos bastante bien! Mi madre, con angustia, se asomaba por la ventana para ver mis piernecitas salir airosas o quebrarse en la osadía de esos intrépidos juegos infantiles.

Con mi hermana, ella algo más dedicada que yo en esta labor, teníamos un cancionero. En cuanto sonaba la canción en la radio que queríamos escribir, la redactábamos corriendo para así aprenderla. Y el casette siempre estaba listo para grabarla, y mientras tanto nosotras rogábamos que no la interrumpiera ninguna propaganda.
Allí escritas quedaron las letras de "Quisiera volver a amarte, volver a quererte, volver a tenerte cerca de mi, ¡Girl! mis ojos lloran por ti...", "Hacer el amor con otro, No, no, no..", "Cada camino que piso, me lleva hacia él...Mío, ese hombre es mío..." Para luego cantarlas a grito herido.

La época del Colegio allí fue maravillosa. Mis compañeritas de estudio Dayana y Marisol, mis amigas más recordadas de aquél entonces. Se me viene a la mente la señora que nos transportaba, pues por alguna extraña razón, siempre vivía en conflicto con "los azules" (i.e. guardas de tránsito) y algún ruido en su carro que ella siempre asociaba con los platinos.
Algo que me parece súper gracioso hoy, pero que en ese momento lo hacía con mucha rigurosidad, era elegir desde el domingo, todos los peinados que me haría durante la semana para ir al colegio. Esa pequeña cartelera con dibujos y todo la colocaba en el baño para llevarlo a la práctica cada día. ¡Confieso que estaba algo loca y desocupada!

Muchos momentos difíciles también tuvieron lugar durante mi infancia. Pues si bien esta generación lo conoce ahora por la proliferación de reconocidas series dedicadas a contar la historia del narcotráfico, Pablo Escobar, ese héroe y villano; murió un día de Diciembre de 1993. Para mi son vagos los recuerdos de sus actos de violencia, secuestro y terrorismo, pero no el día de su muerte. Ese momento lo recuerdo bien. Mi hermana y yo estábamos en la tienda y mi mamá llegó corriendo por nosotras. Nos encerramos en la casa y allí permanecimos. Yo no entendía nada de lo que pasaba. Vi a mi madre angustiada como pocas veces. En mi mente, la grabadora metálica de doble casetera, y de grandes botones.

Transcurría el año 1995. Mi madre tomó la decisión de cambiarnos de ciudad.
Despedirnos del colegio, el barrio, las amigas y la ciudad fue muy difícil.
Pero así como cambias 25 °C por 39 °C de calor humano, llegan las nuevas amistades, costumbres y experiencias... ahora en Magangué.


domingo, 30 de octubre de 2016

"Es que no te las sabés todas"

¿Consuelo de muchos? Si Usted ha sentido un ligero alivio, en algún momento de su vida, con la cita: "Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil"; bienvenido al club. Usted es de los míos.



Esta frase ha sido atribuida en muchas ocasiones a Albert Einstein. Sin embargo, no existe una evidencia sustantiva de ello, a juzgar por su historial en Princeton.
Todos ignoramos algo, en cualquier medida, en cualquier área. Si te propones hacer una lista de las cosas que ignoras, en diferentes disciplinas, probablemente no la acabarías fácilmente si consideras aquellos temas que aún son motivo de estudio o que constituirán la brillante idea de alguien más en un momento "inspirador".
Se me ocurre justo ahora pensar en si existen lugares o espacios ideales para incubar ideas brillantes. ¡Me pregunto cuántas ideas se habrán fraguado en un trono de porcelana!

El título de esta entrada escrito en "español paisa" tuvo un escenario real. De hecho, creo que ha sido pronunciada y escuchada por muchos, en alguna eventualidad. Para algunos, es una sentencia que golpea directamente en el ego. Y en esto, hay mucho de cierto.
Desde una perspectiva sicológica, el ego puede definirse como el orgullo que se siente sobre uno mismo. Pensamientos tales como "mi vida", "mis triunfos", "Yo hice", etc. proceden del ego. 

Considero que cada quien debe tener un nivel adecuado de ego. "Adecuado" podría significar para ciertos individuos "muy alto" y para otros "muy bajo". Y por supuesto, hay una fuerte conexión con la autoestima. Es más, en el lenguaje coloquial, se considera que el ego suele ser un exceso de autoestima.

Moverse en los terrenos del ego con norte y sin mesura, tarde o temprano, conduce a la arrogancia. De hecho, es muy corta la distancia que las separa. Me atrevería a asegurar que quienes se arriesgan a acortarla, es porque necesitan con urgencia un cierto nivel de reconocimiento o atención; premisa que los convierte paradójicamente, en individuos portadores de un bajo nivel de autoestima. Esto es mi percepción.

Hay quiénes les cuesta decir: "No sé" y prefieren salir del paso acudiendo a alguna frase del baúl "confunde y reinarás", aprovechando la ingenuidad o la ignorancia de su interlocutor. ¿Por qué creerían algunos que en esto hay algo de malo? Malo, sería permanecer en la duda, no ser autodidacta o no autoflagelarse con la frase: "Yo sé quién sabe lo que Yo no sé". 

Entonces haz un alto en el camino...

¡Aprende a vivir tu vida y a disfrutar tus éxitos sin esperar a recibir aplausos!
¡Llena tu carreta de acciones y pensamientos positivos!

martes, 18 de octubre de 2016

Y si teniendo limones, ¿no hiciste limonada?

Está claro que a la repartición de talentos llegamos todos, unos madrugaron y otros llegamos tarde; pero a nadie le guardaron puesto y menos, se le permitió colarse en la fila.

Con lo anterior me refiero exclusivamente al momento de la vida en el que se desarrolla el talento y no a la calidad del talento otorgado en virtud de la hora de llegada...

Muchos coincidimos en que puedes ser más feliz estudiando o trabajando en aquello para lo cual tienes ciertas aptitudes y más aún, disfrutas haciéndolo. 
Probablemente has llegado a ese momento de tu vida en el que te cuestionas el hecho de no haber estudiado una carrera diferente a la que estudiaste, por muchas razones: Quizás porque ves cómo otras profesiones se lucran mejor, consiguen empleo más rápidamente o tienen una mejor proyección a nivel internacional.

Es increíble pensar cómo aún hoy, muchas profesiones siguen perteneciendo al grupo denominado "al margen de la tradición". Pero es aún más increíble, que habiendo adeptos a este grupo, muchos prefieran tomar un rumbo alternativo. En palabras  un poco más ortodoxas que las del acuerdo de paz: algunos amantes de la música, los deportes, la historia, la danza, la literatura y otras artes huyen confundidos a recorrer los caminos más transitados.
¿Y por qué ocurre esto? Porque en muchas ocasiones, las personas no conocen "la calidad de sus limones".

En ocasiones, hay quienes se ven forzados a hacerlo para no defraudar a alguno de sus padres por el hecho de no dejar morir una tradición. ¿Un vistazo a su futuro? Seres inertes "calientasillas" en sus puestos de trabajo, que responden siempre lo que su jefe desea escuchar, que no se sienten motivados, que cuentan los minutos para el fin de la jornada laboral o procuran quedarse más tiempo en la oficina "porque quiero que vean que tengo mucho trabajo". Una de dos opciones, necesitas una asistente o no eres lo suficientemente productivo. Y déjame decirte estimado lector, que la productividad es una variable dependiente de la pasión que sientes por tu trabajo.

Hace poco más de dos meses tuvieron lugar en la ciudad de Río de Janeiro, los Juegos Olímpicos, con una participación histórica de Colombia. 
Debo confesar que derramé algunas lágrimas de ajena felicidad al ver la tricolor (sin estrellas y sin escudo) alzarse en lo más alto del podio en muchas disciplinas, gracias a la participación de estos atletas.

Y pienso a cuántos de esos hoy vanagloriados Colombianos, les dijeron que el deporte no los llevaría lejos... De haber sido obsecuentes, ¿Sería igual de exitosa y feliz una doctora Pajón? o una ¿Ingeniera Ibargüen (aunque de hecho es enfermera)?
El factor común es sin duda alguna, que desarrollaron y perfeccionaron su técnica porque quisieron hacerlo: ¡Sienten pasión por lo que hacen! ¡Ellos hicieron limonada!, absolutamente.

Ahora, busca dentro de ti...
¿Tú de qué vas?

sábado, 1 de octubre de 2016

La Sociedad de los poetas defraudados.

Hace un par de semanas, leí en un artículo que de acuerdo con un importante estudio, las personas estamos perdiendo la capacidad de amar. Así de importante es el estudio que no logré identificarlo con sus palabras claves en reconocidas bases de datos de artículos científicos.

Ahondé un poco y encontré que la alexitimia es un trastorno neurológico que impide a las personas afectadas identificar las emociones que experimentan, así como expresarlas verbalmente.

Sin embargo, eso no es lo que me motiva a escribir hoy...
Hoy quiero reflexionar acerca del porqué se ha perdido el interés por el amor y el romanticismo. ¿El culpable? A mi juicio, un tipo de tecnología en particular. Algunos estarán en contra de mi punto de vista, destacando los muchos beneficios que esta trajo consigo. Eso está bien, pero hoy, hablaré de uno de sus perjuicios.

Un recuerdo pasea por mi mente justo ahora y es el de la imagen de mi abuelo materno. Su manera de comunicarse con mi abuela era a través de cartas, y al dirigirse a ella firmaba como: "Tu afectísimo". Era la época dorada de la Urbanidad de Carreño, en la que los caballeros se quitaban su sombrero para saludar a las damas, abrían para ellas la puerta de sus vehículos, ellas lucían impecablemente sus ropas y se asistía a la Iglesia todos los domingos usando las mejores galas. Corrían los años 40.

Y es que la labor de cortejar, por mucho tiempo, ha sido responsabilidad de los hombres. Esta "responsabilidad" ha superado ciertos obstáculos que han venido variando con el tiempo. Podría empezar por decir que ante un evento nocturno, los caballeros inicialmente debían recoger a la dama en la puerta de su casa a sabiendas de ser vigilado y cuestionado por el futuro suegro, hacer visita dominical hasta las 6:00 p.m., rodeado de la cúpula mayor (tías, primos, padres y hermanos celosos) ubicada estratégicamente en forma intercalada en el adorable sofá.

Décadas después, ya no es tan necesario aquello de recogerla en casa para una fiesta, pero sí es bueno que lo presente a los padres, por aquello de "saber quién es ese muchacho, mija y conocer sus intenciones".

¿Hoy? 
Pues muy bien, con el detalle que me caracteriza, procedo a describir a los futuros padres de la patria por este lado del mundo.
Sentada en el bus por nueve minutos (lo que se demora la ruta 31 en llegar a TAMU), recorro visualmente las siluetas masculinas y femeninas. El clima por ésta época es perfecto para usar bermudas, camisetas ligeras y sandalias. Llevar el cabello algo desprolijo en las chicas y sólo un poco mejor en los chicos. Sin embargo, tras la superficialidad de mi primera vista, encuentro común una postura incómoda pero al parecer, satisfactoria al mismo tiempo. La he llamado "síndrome de Quasimodo". Para algunos el apelativo aplica más allá de la postura. Una mirada sigilosa al quasimodo a mi izquierda y ¿qué advierto?... Nada. El hombre "que sospecha" escribe en su idioma nativo. Mala suerte.

¿Y a qué tecnología en particular me refiero? Resulta que un celular con el paquete de redes sociales incluido te abre un maravilloso mundo de posibilidades en este tema. No solo nacionales sino in-ter-na-cio-na-les. 
¿Quieres saber si hay chicas lindas alrededor?  La respuesta es Tinder
¿Quieres saber su historial en el amor? La respuesta es "stalking" su facebook o instagram
¿Quieres llamarla y no tienes minutos? Problema resuelto: facetime, whatsapp, msn facebook, line, hangouts, viber y otras. 
Esta la supe hace poco, ¿quieres escribirle sin que ella pueda ver tu foto de perfil en Whatsapp? No la agregues a tus contactos.
¿Y la cereza del pastel? Hace unos días, a una amiga, cuya identidad protejo, le escribieron por Whatsapp que querían tener sexo con ella. ¿Adónde carajos se fue la galantería?

No es que esto esté mal. Me pregunto por qué enviar besos en emoticones cuando puedes darlos, por qué colocar una carita triste cuando puedes salir a la calle y tomarte un café con un amigo y sentirte mejor, por qué escribir ¡feliz cumpleaños! en el muro de facebook de tu mejor amigo cuando viviendo en la misma ciudad puedes celebrarlo con él. Es que esta tecnología nos ha convertido en seres insensibles al amor. Y algo que surgió con el objetivo de acortar distancias, en esencia; nos aísla cada día más.

¡Arquímedes perdóname! Pero esta generación te ha parafraseado así: "Dame señal wi-fi y moveré el mundo".

domingo, 18 de septiembre de 2016

¡Hola Soledad!, No me extraña tu presencia...

Es tan necesaria la soledad...
Dormir, despertar, desayunar, hablar, caminar y conversar solo y solo contigo mismo, en un entorno donde hay más interacción tecnológica que sensorial; es una gran ventaja.

Pronto tus costumbres comienzan a adaptarse, tu cuerpo a amoldarse y aquello que consideras inmodificable; le das una segunda oportunidad.

Quizá hoy me cuestiono, ¿por qué no hice esto antes? ¿por qué no busqué esto antes? y hoy mismo mientras tomaba mi ducha vespertina, como siempre en domingo, me respondí: 
¡No hay momento mejor que este para vivir lo que estoy viviendo!
¡No hay ocasión que Dios haya diseñado mejor que esta para mi!

Distraigo mi mirada de mis deberes, para analizar cómo ha cambiado mi vista. Desde mi ventana, muy temprano en las mañanas, solía escuchaba el trinar de una decena de pajaritos. Hoy, miro mi ventana siendo las 7:15 p. m. y aún con luz, me inspiro en estas letras, en compartir con ustedes mi experiencia. Un vehículo estacionado con cuatro números por placa y un árbol esbelto.
Me elevo por minutos y pienso en todo aquello que Dios y la vida me han regalado. Tantas oportunidades, tantas personas maravillosas a mi alrededor.

¡Hoy concluyo que la vida es siempre bella, sólo debemos aprender a cambiar el filtro de nuestros lentes!

jueves, 15 de septiembre de 2016

En paz

Hay momentos en la vida en los que, a pesar de no poder controlar las responsabilidades de cada quien, te desesperas y llegas al punto sin salida de las preguntas absurdas: ¿Por qué yo? ¿Por qué me pasa esto a mi?
Personalmente, me cuestiono mucho, "me doy duro", y lloro para eliminar del cuerpo y del alma los pesares que me enferman.

Y entre quejas y reclamos encuentras a Dios, que te mira y te escucha como un Padre paciente. Y con gran misericordia perdona todos los improperios que tu mente formuló y te extiende su mano en señal de: "Calma, aguarda paciente, quiero hacerte fuerte"
Y no entiendes. 

Más tarde, cuando todo pasa, descubres que Él, como siempre, tenía razón.
Entonces, miras al cielo y dices: ¡Gracias, sé que fuiste tú!.

De primeras impresiones ...

Siempre la gente suele cuestionarse por las primeras impresiones... Con respecto a los lugares visitados, las personas que recién conoces, en fin.
He contado con la dicha de asignarle una buena calificación en la primera impresión a las personas que considero estimadas.

Alguien a quien aprecio mucho, una vez me dijo que parezco una abuelita. Con qué intención lo diría en aquél entonces, no lo sé, pero hoy doy crédito a sus palabras. Pues bien, sentada en el asiento medular del avión no contuve los letreros y procedí a iniciar conversación con mi compañera de vuelo a mi diestra. Por su aparente corta edad le pregunté, ¿y qué vas a hacer a los Estados Unidos? Pertenezco al programa Au pair, me dijo. Y me resumió su vida y sus hazañas en el tiempo en que la asistente de vuelo nos traía a ambas auriculares para ver películas.

En tres horas y media de vuelo pude ver películas, pensar y elevarme...
Avión en tierra, miedos en la maleta y un inmediato cambio de chip. Formada en fila, espero mi turno... Y sí, no fui la primera mucho menos seré la última persona a la que le digan: ¡Welcome to the United States! ¿Y quién me lo dijo esta vez? Un afroamericano con acento pueltoliqueño, tú sabes, de los que te llaman pa' atrás, en fin. Su cara cual caja fuerte, muy hermética por fuera pero con una sonrisa que guarda millones de alegrías por dentro. Me habló de su hija, de sus nietos, de lo feliz que se siente en este país que le ha dado todo.

Y una vez en Houston, me recibieron dos colombianas encantadoras, con tantas experiencias e historias maravillosas en su palmarés (tras los juegos Olímpicos, me encantó esta palabra). Una ciudad de amplias carreteras, enormes centros comerciales, muy organizada, varios acentos, refugio de mil nacionalidades y con cero complicaciones. 
¡Esta promete ser una experiencia única!

domingo, 7 de agosto de 2016

¡Un instante llamado vida!

Quizás en la vida, las personas que más admiramos son aquellas que recorren la milla extra...
Las que se arriesgan a hacer las cosas que nosotros, por la razón que sea, no hacemos.
Hay muchas a mi alrededor, que me inspiran día tras día a ser mejor persona, hermana, hija, amiga y profesional.
Hoy me motiva escribir y compartirles acerca de esta maravillosa oportunidad llamada VIDA. 

La VIDA tiene muchas maneras de vivirse. Aunque en esencia, siempre han sido las mismas.
La diferencia más notoria entre las que experimentaron tus bisabuelos y probablemente tus hijos hoy; radica en algo llamado CELERIDAD. A mi modo de ver.

Probablemente recuerdes que solías ir al colegio y sentir que el tiempo pasaba muy lento. Cada campana de cambio de clase era eterno y las clases terminadas en un "eso lo vemos la próxima clase" no eran problema. Eras un niño(a), no había afán, aunque sí obligaciones.
En el mismo contexto, soportando un calor infernal, las niñas debíamos uniformarnos con un vestido azul y blanco a cuadros (en mi caso), con el "ruedo" debajo de la rodilla. Asistir a cada sesión de clase, con la cara lavada, sin rímel, sin polvo compacto para "cubrir el cutis graso" y mucho menos retoques después del descanso. Insisto, fui de la generación (hoy casi extinta) que fue al colegio a estudiar, a aprender, a jugar y a hacer amigos; vestida como niña, con actitud de niña y cara de niña.

Viste a tus padres llegar a casa a almorzar, compartir contigo, "echar la siesta correspondiente" y volver a trabajar. Su trabajo, posiblemente, siempre fue el mismo y sus funciones, me atrevo a asegurar que también las mismas...
Viste a parejas de novios "tipo bon bril" cuyas relaciones resistieron muchos cumpleaños y navidades, "aún con la expectativa del postre". También, a mucha gente casarse y tener hijos en la "teórica edad de casarse y tener hijos", por razones diferentes: amor, compromiso, convicción o tradición.

Tras los ejemplos, ¿Por qué creo entonces que es cuestión de celeridad?

Porque la generación que hoy ostenta el título de los "titantos" y algunas excepciones sabe que la vida ocurre en un instante. Son conscientes de que el tránsito por este mundo dura poco tiempo.
Tienen hambre y sed de experiencias y sin mayores inconvenientes ejecutan planes sin grandes cantidades de dinero invertido y sin considerar el menor de los prejuicios o riesgos.
No se preocupan por vivir su vida de acuerdo con prototipos, la viven como quieren y con lo que ellos consideran importante, y ya está.

Sencillo, si van a la Universidad, sólo prestan atención a la línea de acción o investigación que les gusta.
Si están en una relación de pareja (homo o heterosexual), no demoran tanto recorriendo el camino del noviazgo ¿para qué? se van a a vivir juntos o se casan. ¡Si se aburren, pues adiós! Ni hablar de los que emprenden negocios juntos en esta etapa...
Si llevan más de un año en un empleo ejecutando las mismas funciones, ¡Ay, ya me aburrí! ¡Esto no es lo mío, quiero probar otra cosa!

Es la misma vida, pero vivida al límite, como si cargaran con la muerte al hombro. 
Es sin ánimo de criticar o polemizar.
Esto es producto de una tarde de reflexión acerca de este efímero transitar terrenal... ¡Finalmente, nadie saldrá vivo de esta vaina!








sábado, 30 de julio de 2016

¿Y por qué no?

Piensa en cuántas ocasiones te has hecho esta pregunta... (tómate tu tiempo)
Antepón la interjección ¡ajá! si eres caribeño, ¡oíste! si eres paisa o la que gustes para hablarte a ti mismo "más en confianza".¿Ya?

¿Cuál fue la primera situación en la que te ubicó esta sentencia? Probablemente algunos dirán que tener alguna aventura, probar una comida, iniciar una relación de pareja, planear un viaje, tomar una decisión o realizar una inversión. Eres libre de sugerirle a cada una de las anteriores, los adjetivos que prefieras.

A punto de culminar mi ciclo 30, puedo decir que no me arrepiento de nada de lo hecho y lo vivido. Pocas veces, he tenido que regañarme por no haber sido más arriesgada. 
Ahora, mis -¿y por qué no?- no siempre fueron buenas decisiones, "la he embarra'o" también; pero justamente ahí radica la experiencia de la vida. ¡Caminante no hay camino, se hace camino al andar! hermosa poesía de Machado hecha canción.

¡Amo recordar las situaciones "difíciles"! e incluso maridarlas con vino, una cerveza o un café de aquellos que hacen amigos... Y sólo porque entiendo cuánto nos permiten crecer. Reírte, mientras evocas cuán ansiosa estabas por presentar una entrevista, terminar un trabajo de tesis, exponer en público o decirle a tu pareja que aparecieron dos rayitas en vez de una; es una verdadera terapia. 

Con las respectivas excepciones que cada situación trae consigo, qué prefieres contestarte en una futura situación tú a tú (porque entre otras cosas, yo suelo hablar, discutir y argüir mucho conmigo misma):
¿Y por qué no? o ¿Y por qué no... lo hice?

Quizás después, en tu soledad, en una conversación que no esperabas tener, alguien dijo algo con lo que hiciste clic y comprendiste la razón por la cual no dijiste aquella vez ¿Y por qué no? y ahora dices ¿Y por qué no lo hice?
MIEDO. Podría ser la respuesta más común. ¡Sentir miedo no es malo! Es el primer síntoma con el que tu cuerpo y tu ser manifiestan cierto grado de inseguridad, incomodidad o desconocimiento. El problema es dejar que el miedo te gobierne, pues optas por no explorar, no probar y finalmente no saber el porque del porqué no.

Todo lo que quieres está al otro lado del miedo y este puede ser tan grande como el mar inmenso; tú decides finalmente, si te enfrentas a sus aguas turbulentas en un pequeño cayuco o construyes con tu actitud bizarra una poderosa embarcación.



lunes, 11 de julio de 2016

Soneto de un viejo abril...


¿Dónde estás tú para mí? ¿Por qué no me encuentras?

Cánsense mis ojos de rostros desconocidos

Líbrense mis oídos de labios expertos

Prívense mis manos de acariciar manos necias



Abracen al fin tus brazos mi delicada silueta

No quiera tu ser despojarse de mi ser

Aférrome ahora a ti sin temor a lentecer

bajo el encanto de tu mirada discreta



Sé que me buscas, aquí estoy

¿Por qué tardas tanto en venir?

Gime corazón, dime adónde voy



Ahora me encuentras, aún no me tienes

Quiéreme con pasión, lléname el alma

Abrázame a ti, no me dejes.



Senior V.



sábado, 9 de julio de 2016

¿De qué depende tu felicidad?

A menudo encuentras en las redes sociales muchas citas relacionadas con la felicidad, cómo encontrarla, cuándo sentirla, con quién compartirla y hasta cuán duradera puede llegar a ser.

A propósito, mi objetivo principal, desde el primer día del año 2016 ha sido SER FELIZ, y ahora recuerdo que días previos a finalizar el año 2015, mientras escribía mi carta, me pregunté: 
Vane, (como suelo llamarme cariñosamente; y no creo que sea la única que se hable a sí misma) ¿De qué depende tu felicidad? y me respondí: 
¡PUES DE TI! 
¿Acaso cuándo ha sido diferente?
Y la verdad, es que en ocasiones, sí ha sido diferente.

Guiada por una sensación de éxtasis temporal, tomo las riendas de mis pensamientos y comienzo a evocar adrede todos los momentos que mi memoria ha almacenado en la carpeta "FELICIDAD" o para estar más acorde con nuestra actualidad, como #Felicidad; a lo largo de mis tres primeras décadas.
Sin duda, para todos esos momentos hubo en mi rostro una sonrisa de complicidad con mi alter ego; que intentaba recordar minuciosamente cada detalle.

En esa densa nube de recuerdos, logré identificar, muchos momentos sencillos y otros planeados, personas importantes a mi alrededor, lugares inolvidables, bienes materiales adquiridos, escenas cargadas de lágrimas de satisfacción por algún deber cumplido. Sin embargo, siempre fueron momentos cúspide los que llegaron a mi memoria; no pude lograr visualizar mi felicidad en el trayecto. Y la entrada #cosas materiales, tuvo muy pocos resultados tras su búsqueda en aquella carpeta. Debo confesar que eso me alegró.

Sin duda alguna, cumplir logros académicos es un motivo de felicidad; prueba llevando tu memoria al instante aquél en que pronunciaron tu nombre y recibiste de manos del rector o algún profesor, tu diploma de bachiller o título universitario. ¿Qué sentiste? ¿Acaso no, algo llamado felicidad? No aplica para los estudiantes #porfin.


No es mi caso, pero supongo que para algunas mujeres, el día de su boda es uno de esos considerados como el más feliz de su vida. No sé, si durante la planificación puedan decir lo mismo; pues algunas mujeres suelen enfrentar fuertes crisis nerviosas, en procura de que "ese día" todo salga perfecto


Por encima de muchos propósitos, este año estoy procurando SER FELIZ, porque sé que es una decisión personal; ahora disfruto más de los recorridos, de las salas de espera, de los retrasos, del modo de viaje, los acompañantes y de la próxima estación.

Saludos.





miércoles, 6 de julio de 2016

¡Si no lo admiras, déjalo ir!

Hoy me inspira el tema de las relaciones de pareja. Y lo traigo, no precisamente porque mi experiencia sea amplia al respecto; sino porque no es mi deseo experimentar los muchos errores disponibles en el mercado de los sentimientos.
¡Hoy! que corren los días de los "te amo" quincenales, de noches furtivas, de matrimonios y noviazgos felices por redes sociales y más...

Hay muchas cosas en la vida que inexorablemente se dan por etapas. No puedes correr si antes no caminaste, no puedes ir a la Universidad, sin haber pasado por el colegio y no podrías llegar a la conclusión de comprometerte sentimentalmente con alguien, sin haber experimentado los "gratos" errores del pasado.

Conozco relaciones de muchos años y también de pocos meses y la diferencia no se resume en que los primeros se amen como hermanos y los segundos como amantes. 
Todo sigue entrando por los ojos; ¡no creerás que tu abuela se enamoró de la ternura de tu abuelo! La cuestión radica en cómo se decanta el amor y de eso, ellos sí nos dan cátedra.

Tengo que decir y ahora sí a modo personal, que si no sientes admiración hacia tu pareja, una vez que el amor se transforme (porque sí sucede), te encontrarás aburrida y probablemente tengas que recurrir a las extrañas "jaquecas" a la hora de dormir, al cansancio por el trabajo, y a los cólicos en los días en que la "llegada no te daña la salida".

Entonces, ¿Cómo trabajar la admiración? 
Primero pregúntate por qué lo quieres. Si la respuesta que surge en los primeros 5 segundos (que es la de tu inconsciente) es superficial; entonces, querida amiga, déjalo ir. 
A todas nos encantan los detalles, las sorpresas, las frases lindas (ojo con el verbo barato, ya lo sabemos conjugar) y que se acuerden de las fechas importantes. Pero si sólo eso te gusta, ¿que pasará si hay crisis económica o si se queda ciego o si sufre de Alzheimer? (coloca tus cuatro dedos unidos  -menos el pulgar- de tu mano derecha en un plano paralelo al hombro tocando la yugular). Eso pasará.

Si por el contrario pensaste, que te encanta su don de gente, lo servicial y caballero que es, su aptitud para los negocios, que adora a los niños y que de seguro será un buen padre, que siempre quiere verte feliz, que es honesto o que siempre está de buen humor; querida amiga, agarre esa criatura y no la deje ir.

"No puedes pretender que te quieran como tú quieres que te quieran", esta frase es de mi hermana y sí que retumba. Recuerda balancear, siempre.





lunes, 4 de julio de 2016

Conserva tu esencia... ¡no debes cambiar para agradar!

Ya el título te sugiere muchas ideas, ¿acaso no?
Y estas pueden ser tantas como cabezas pensantes y escenarios de referencia.

Empezaré por los casos más sencillos. Eres nueva en un grupo, bien sea porque cambiaste de vecindario, trabajo, ciudad o universidad. Es una reunión casual, de contemporáneas y surge un tema no tan trivial, podría ser proyectos de vida, edad para casarse, etc. No han de faltar las fieles devotas al proyecto de vida tradicional (en el estricto orden): profesión, esposo, trabajo estable, hogar con los bienes materiales que eso implica y los hijos. Del otro lado, las rebeldes que son al mismo tiempo las independientes, las de pensamiento urbano, las que responden "¿yyyyyy?" a la tontería del paso del tren y las que prefieren devorarse el mundo antes de compartir su vida con alguien. Existe, de hecho, un tercer grupo: a las que definitivamente no les interesa todo ese rollo del matrimonio y la familia, y eso es respetable. Entonces, llega tu turno de definir el bando ganador. ¿A quién agradar? ¿Expresar una opinión diferente, pero al fin y al cabo, tuya?

Otro ejemplo clarito. En algunos grupos de amigos, la decisión de casarse está fuertemente ligada a si alguno de la "manada" ya la %&$#, perdón, dio el primer paso. Una vez existe el primero, los demás van en fila. Y uno se pregunta finalmente, ¿decidió o lo decidieron?

En las relaciones de pareja, es muy frecuente ver cómo con el tiempo y en perfecta simbiosis, él o ella se va convirtiendo en la versión femenina o masculina de ella o él. Y tengo que decir que es ¡tan frustrante! ¿Adónde se han ido tú y tus imperfecciones? Pues sinceramente a ninguna parte, pero por el bien y futuro de tu relación decidiste enviarlas al desván; pues frente a él o ella, eres el "whole package".

Encajamos en el mundo perfectamente, incluso todos aquéllos que dicen no encajar, ¡Vaya puzzle gigante! Nos mandaron en un molde pero el contenido es lo que cambiamos a diario. 

Devolviendo el libro.. unas cuantas páginas atrás

Hoy seguí la idea de crear este blog motivada por una frase sencilla y contundente como su autor "Creo que tienes talento". Con brainstorming a bordo, le doy vueltas al título y a mi primera entrada ¡Vaya tarea difícil!

Para ser precisa y consecuente con el título, devuelvo las páginas que componen mi libro... hace unos 14 años atrás... Con melancolía y risa (no lo puedo negar) echo mano de uno de los más gratos, mi anuario: Class 2002.
Recorro sus páginas cuidadosamente e inicio mi viaje al pasado, que podría sonar aún más cargado si preciso que se trata de los inicios del nuevo milenio. Y arranco.

Profesores, ¡Ay profesores! los cuchilla, los buena gente, los adorables, los temerarios, los insoportables. Cada uno con frases y actitudes célebres. Sin duda, pensaba en aquél entonces, "Si yo fuera profesora, sería algo así como..." Cuida tus pensamientos, pueden volverse realidad.

Los compañeros de clase. Sostengo la opinión de quienes afirman que las personas pueden clasificarse en grupos de acuerdo con su comportamiento. Sin embargo, no ahondaré en el tema del comportamiento, concierne a otras disciplinas. Para el efecto, diré que hay comportamientos típicos o estudiantes muy particulares.
Se identificarán conmigo, en que no faltan el payaso de la clase, "el combo de los de atrás", los nerds, los que normalmente "adora el profesor", "los clubes cerrados" y el popular "moño verde (moño por lo de regalado y verde por lo de sapo)".
Debo confesar que tuve tiempo para pertenecer a todos los "grupos", salvo el "de los de atrás". Astigmatismo severo temprano que llaman.

Siguiendo con el anuario, veo mi página y confirmo hoy que me encanta escribir ¡mucho!
Recuerdo claramente la instrucción: sólo una página, ¿mi tamaño de fuente?: ¡6!
(Un momento, estoy leyendo mis pensamientos de grado 11). Si, si, si. Algo soso, inmaduro, juvenil, ...¡aburrido! Más de 50 líneas a doble columna. Sin embargo, era yo, sigo siendo yo...

Por supuesto que no faltan las dedicatorias finales, las promesas de papel y unas cuantas amistades verdaderas. Los "nunca cambies", "amigos para siempre", "nunca te olvidaré", allí están congeladas en el tiempo; recibiendo el polvo del olvido en la estantería de la que hoy rescaté a mis viejas memorias.

Y quise empezar mi blog precisamente así, en forma introspectiva, con una mirada laaarga y leenta al pasado. Finalmente, sirvió para ser quién hoy soy, con aquél pensamiento hecho realidad.